Dejo atrás ciertas cosas en las que me equivoqué. Fallé a mis amigas por dejarme llevar por la novedad, y dejar a un lado lo que ya tenía. Sin embargo es la magia de los que siempre están ahí lo que hay que cuidar, mantener, porque un día no está y lo echas de menos. De hecho sé lo afortunada que soy por tenerlas, han hecho demasiado por mí, y ¿así se lo agradezco? Me equivoqué.
Discutí bastante con mi familia y deseé no pertenecer a ella. ¿En serio? Que mal agradecida soy. Me culpo, sí, porque aunque no sean como me gustaría o aunque a veces no me guste como son, solo existe una realidad, y es que son mi familia, los que siempre han estado ahí y me han soportado. He concluido que tengo que adaptarme, aceptar y agradecer lo que pueden darme. A veces llegué incluso a convertirme en alguien que no era yo por tal de revelarme contra aquellas cosas que no compartía. y es que, yo soy yo, ellos son ellos, y nada voy a cambiar intentando cambiarlos. Somos muy diferentes y mi camino es el contrario a lo que ellos quieren. Pero, en ocasionas no veo lo que me han dado y me siguen dando.
Continúa mi sendero dejando aceptando a los demás y dejando atrás todo lo que no era yo y me impedía crecer.
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