sábado, 2 de agosto de 2014
Debes de cerrar una puerta para poder abrir otra.
Todo acabó. Lo que parecía que nunca quería acabar, el dolor que se hacía interminable, la ilusión que siempre se mantenía, se acabó. Si no cierras una historia de tu pasado no podrás empezar otra. Y ese era el problema, me daba miedo cerrarla por pensar que lo perdería para siempre, por pensar que se borrarían todos esos recuerdos, todos esos momentos. Pero no, todo lo vivido , recordado es y no es precisamente una historia fácil de olvidar. Me quedo con todo lo bueno para no torturarme más; con las sonrisas, con las miradas de complicidad, con las bromas y los ´te quiero´. Hay ciertas personas que de una manera u otra te marcan para siempre. Llega la hora de pasar página sin tener doblada la esquina. Llega la hora de seguir mi vida.
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